jueves, 28 de febrero de 2013

[Drabble] No sé qué tienes. [Ariyama]

Mucho tiempo sin escribir sobre esta parejaaa~ así que aquí dejo este pequeño drabble para amenizar la espera de la segunda parte de two-shot Inoodai de mabel y un Yamanoo  en el que estoy trabajando..
Por cierto, me he apuntado a un taller de escritura para aprender a escribir mejor, aunque aún faltan algunas semanas, espero poder mejorar!! ^_^
Haré que amen esta pareja, ese es mi mandamiento. Amarás el AriYama por encima de todas las cosas. 





Pareja: AriYama. [Arioka Daiki&Yamada Ryosuke]
Extensión: Drabble.
Género: Shounen-ai.
Autor: Mimi-chan.
Inspiración: Tanta imagen bella de AriYama en Tailandia, además de mi propia obsesión por ellos dos. xD


*Capítulo único.*



¿Por qué no dejaba de pensar en él? ¿Por qué no podía dejar de seguirlo con la mirada? ¿Por qué tenía que saber las 24 horas del día sobre él? ¿Por qué cuando él sonreía, también lo hacía él? ¿Por qué se sentía feliz solamente con que él lo fuese? ¿Por qué con solo verle sonreír era feliz todo el día?

Y muchas otras más dudas que no comprendía, no sabía por qué sucedía eso. No comprendía qué era lo que le llevaba a querer eso, en estos momentos era cuando menos se reconocía a sí mismo. Quería comprender, quería saber por qué se daba ese comportamiento, ese ansia por verle todos los días, esa felicidad cuando le sonreía como él solo sabía hacerlo, ese cosquilleo en el estómago cada vez que le veía reír con él, esa tristeza cuando no le prestaba toda la atención que él quería. Y eso era lo que más miedo le daba, se estaba volviendo muy egoísta con respecto a Daiki. Quería su completa atención todo el día, siempre estaba a su lado, nada más que conversaba con cualquier otro miembro se metía en la conversación para que Daiki solamente tuviese atención en él. Llegaba al punto de no reconocerse cuando hacía tales cosas, pero es que no podía remediarlo. Antes de él poder darse cuenta, siempre estaba detrás de Daiki.

Y sabía que no tenía por qué sentirse así, pues el mayor ya se lo había aclarado en varias ocasiones, que no tenía por qué sentirse celoso. Pero Daiki no comprendía que él no lo hacía queriendo, simplemente le salía el reclamar su atención las 24 horas del día, que se riese con él, que hablase con él, que bromease con él... simplemente no quería perderse nada de la relación con Daiki.

Y todo esto le hacía preguntarse ¿qué tenía él? ¿Por qué no podía dejar de pensar en él ni un solo instante? Después de tres meses de relación, seguía sin comprender esa urgencia por sentir los ojos de Daiki encima de él, porque quería que le mirase, que no le quitase la mirada de encima, porque si lo hacía, aunque solamente fuese un segundo, se lo perdería. Se perdería lo que Daiki le hacía sentir solamente con que estuviese a su lado, se perdería su sonrisa llena de felicidad y su rostro dichoso.

Y todo esto solamente le sucedía con él, solamente Daiki podía conseguir que se sintiese celoso y amado al mismo tiempo. Solamente Daiki podía hacerle enormemente feliz y no le dejaría nunca, porque sentía que solamente con él era completo, que solamente si él estaba en su vida podía ser realmente feliz.

Y aunque no comprendiese qué era lo que tenía Daiki que le hacía sentir tanto, no quería despegarse de él. Porque le amaba por encima de todas la cosas.


*Fin*


Espero que les haya gustado, a mí no me convence del todo.. pero bueno, al ser AriYama me conformo!
Comenten~!
Se les quiere! *___*
Mimi-chan destaaa~!

viernes, 22 de febrero de 2013

[Drabble] Secreto. [Nakachii]

Doumo! Aquí les dejo una pequeña historia sobre una de mis OTP, que va por debajo del Ariyama, pero aún así me encanta. ^^
Comenten por favor! ^^





Pareja: Nakachii [Nakajima YutoXChinen Yuri]
Extensión: Drabble.
Género: raro... 
Autora: Mimi-chan
Nota: Puede que lo noten como sin historia y sin fundamento, pero es que se me ocurrió en clase, y lo hice en el móvil así que... siento si quedó mal. -.-

Secreto.



Gemidos, caricias, besos, embestidas...  Se oían dentro del camerino de Nakajima Yuto. 

Todo el mundo era ajeno a lo que ahí dentro pasaba, ¿quién iba a sospechar que ahí dentro, en el camerino, se estaba produciendo un encuentro de lo más fogoso? Era normal pensar que ahí dentro nada sucedía. Todo estaba tranquilo.

Pero dentro era todo lo contrario. Todo estaba revuelto a causa del apasionado momento que había sucedido ahí momentos antes. Ahora todo estaba un poco más tranquilo ya que la escena fogosa había acabado. Ahora ambos se vestían para salir y continuar con la sesión de fotos con la que estaban. Chinen miraba de reojo a la persona principal en su vida, Yuto. Sin embargo, el mayor no le daba mayor importancia, puesto que no lo sabía. No sabía que Chinen albergaba tales sentimientos hacia su persona y nunca lo sospecharía. Ésta no era la primera vez que esta situación se daba, ya la habían experimentado otras veces. Solamente eran amigos con derecho, nada más.

- ¿Ya has acabado de vestirte? - preguntó Yuto aún de espaldas a él y sin mirarle, no había acabado de vestirse todavía. Ambos estaban de espalda, pareciera que les diese vergüenza mirarse a la cara después de tan vergonzoso momento tan íntimo.

- Aún no. - respondió Yuri para después mirarle de reojo y ver su amplia espalda. Dejó de mirarle para después acomodar su corbata. Si seguía examinando la espalda del alto no se contendría y acabarían por hacelo de nuevo y no se lo podían permitir pues el descanso era solo de media hora. 

Por suerte la ropa no se les había arrugado en el proceso del acto, sino retrasarían la sesión de fotos y la gente comenzaría a sospechar. - Ya estoy. - terminó por decir Chinen mientras se sacudía los pantalones con las palmas de sus manos.

- Muy bien. - Yuto se giró para mirar finalmente al menor y sonreírle como sólo él sabía. Una mezcla de amabilidad y frescura que te relajaba nada más verla. Chinen sonrió aliviado, temía que los encuentros fogosos acabasen con la amistad que ellos tenían, pero afortunadamente no era así. 

- Cualquiera diría que el chico amable que tengo ahora, es el mismo chico ardiente y salvaje de hace unos minutos. - sonrió picaresco ante el notorio sonrojo del mayor. Éste desvió la mirada ante la insistente de Chinen. Sus mejillas se colorearon de rojo ante el comentario del más bajo.

- Anda vamos. - habló calmado el mayor mientras le sonreía ya sin el sonrojo. Chinen devolvió la sonrisa mientras ambos se dirigían hacia la puerta para salir del camerino y aparentar normalidad.

Llevaban años compartiendo ese tipo de "amistad" y nadie había sospechado nada, cosa que agradecían. No sabían cómo había comenzado, ni por qué, solamente sabía que no querían que se terminase.



*Fin* 


Espero que les haya gustado! ^^
Comenten, ^_^

martes, 12 de febrero de 2013

Only you. [Capítulo 4] [Serial]

Aquí traigo el cuarto capítulo de este "mini-serial" que cada vez se va haciendo más largo, no sé si se pueda considerar mini-serial, pero bueno... u.u


Only you.

Parejas: Ariyama, Yamajima, Okajima, Chiitaro, Yabuhika, Takanoo.

*Capítulo 4*


Era sábado, así que hoy tocaba tarde con sus amigos. Ahora que la mayoría estaba libre de actividades extraescolares, de exámenes y academias, podían quedar libremente sin tener que pensar en el tiempo que tenían o en otra cosa que no fuese pasarlo bien. A Yamada le encantaban los sábados que salía la tarde entera con sus amigos porque siempre se llevaba un buen recuerdo de ellas, la mayoría siempre daban vueltas alrededor de Tokyo o se quedaban en un parque a hablar, o iban a una cafetería... fuese donde fuese lo pasaban bien.

Se miró al espejo sonriendo, le gustaba lo que veía. Tenía buen gusto a la hora de vestir, aunque no tan bueno como el de Keito. Él era una máquina cuando de ropa se trataba, combinaba los colores de una forma que llegabas a quedarte absorto mirando la armonía de los colores.

- ¡Ya me voy! - se despidió al atravesar la puerta principal de su casa. Volvió a sonreír al escuchar la tenue respuesta de su madre desde el salón. Caminó contento y deseoso de la gran tarde que le esperaba. Aunque más ganas tenía de la tarde que le esperaba con todos sus antiguos amigos. Ahora que sabía que Keito, Yuto y Chinen estaban igual de deseosos no se sentía nervioso, porque sabía que ellos estarían ahí para hacerle compañía cuando las cosas se pusiesen tensas.

Cuando llegó al lugar indicado, la estación de su distrito, notó que solo Keito había llegado. Aceleró el paso para encontrarse con su amigo que escuchaba música distraído. Le tocó el hombro para que supiese que estaba ahí, Keito retiró los auriculares y le sonrió al encontrarle ahí.

- ¿Los demás aún no han llegado? - preguntó rodando su mirada por el tumulto de gente que a esas horas había en la estación. No encontró ni rastro de sus dos amigos ausentes. Así que depositó de nuevo su mirada en el amigo presente.

- Solo Yuto a llegado. Pero ha ido hasta una máquina para comprar agua. - contestó mientras guardaba su mp4 en la pequeña mochila que portaba. Yamada sonrió mientras miraba en dirección a las máquinas más cercanas para intentar encontrar a Yuto, pero con la cantidad de personas que había era imposible. - Y Chinen avisó de que iba a llegar algo tarde. - dirigió su mirada al menor. Este le miró sorprendido ante la revelación.

- ¿Y eso? - mantuvo la expresión de sorpresa. Keito elevó los hombros en un gesto ambiguo. Yamada entre-arrugó el ceño tratando de encontrar una posible respuesta a la ausencia del menor, que normalmente no solía perderse tarde.

- Me mandó un mensaje diciendo que tenía que encontrarse con alguien antes. - explicó una voz detrás de Ryosuke que asustó al más bajo. Keito no se había asustado pues le había visto. El brinco que Yamada dio por el susto causó gracia en el menor de todos. - Oh, perdón, ¿te he asustado, Yama-chan? - preguntó algo divertido para pegarle un sorbo a su botella de agua.

Yamada se giró molesto ante la burla de Yuto y le pegó algo fuerte en el brazo, como reprimenda por haberse reído de él. El menor se atragantó con el agua a causa del golpe recibido. Keito se puso a un lado de Yuto para darle palmadas en la espalda para que así el atraganta-miento se le pasase.

- Bueno, vamos. - ordenó algo molesto Yamada encaminándose en dirección opuesta a ellos. Los otros dos aceleraron el paso para alcanzarle y así poder empezar la tarde.




*En una cafetería cercana*



- ¿Para qué me has citado aquí? - preguntó algo descortés Chinen mientras le daba un sorbo a su taza de chocolate caliente. En esas fechas era un sorbo de calor necesario. El otro joven, de pelo completamente negro, piel pálida y de rostro envidiable; sonrió al escuchar el todo frío del mayor.

- ¿Ahora vas a utilizar ese tono conmigo? - sonriendo contestó. Le encantaba esa frialdad con la que Chinen le había tratado. Eso decía que lo que había sucedido en el pasado, todavía estaba reciente para él. Todavía se acordaba de lo que había sucedido entre ellos hace ya algún tiempo.

- Creo que es lo correcto. - escueto respondió. No precisaba utilizar más palabras con él, pues el contacto no era el mismo, así que no podrían tener el mismo trato que antes. - Creo recordar que ya no somos amigos, así que el trato cordial acabó. - sentenció el mayor fijando su negra mirada encima de la del menor, completamente negra también.

- Muy cordial antes no era... - susurró acercando un poco su rostro al del mayor, que le miró gélida-mente. Acabando con la atmósfera que el otro intentaba crear.

- ¿Ah, no? ¿Entonces, cómo era? - cierto tono irónico se escuchó en Chinen. El menor le miró fijamente, sin apartar un segundo la suya de la del mayor. Al final tuvo que apartarla Chinen, todavía no era inmune a esa mirada que tanto le transmitía y tanto le hacía recordar.

- Era más... carnal. - vocalizó la última palabra con un tono pícaro en su voz. Chinen aprovechando que tenía la mirada gacha se sonrojó, recordar todos esos momentos que había compartido con el menor... le hacían saltar los colores. Elevó su rostro con decisión, no permitiría que le incomodase, no, eso nunca.

- Eso fue en el pasado, no tiene nada ver con el presente. - sentenció completamente decidido de que hacía lo correcto. El otro le miró sorprendido, normalmente a ese tono Chinen no era capaz de negarse. Pero lo había echo, mucho tiempo había pasado... - Di lo que tengas que decir de una vez. - ordenó el mayor mirándole fijamente. Ante esa mirada el pequeño vaciló, su fortaleza se estaba quebrando ante la frialdad del mayor.

- Solamente quería verte... - susurró mirándole tímido, Chinen se sorprendió. ¿Había escuchado bien? El mismo chico que tiempo atrás le demostraba los placeres ocultos, el mismo chico que solamente le había querido para fortalecer esos placeres, el mismo chico que le había cambiado por otro a la menor oportunidad... le estaba diciendo que quería verle. ¿Podía eso suceder? Claro que podía, él lo estaba escuchando claramente. Le dio un trago a su chocolate para recomponerse y quitarse todos esos pensamientos de su cabeza.

- ¿De eso se trataba? - preguntó intentando aparentar indiferencia, no sabía si lo estaba logrando, pero le estaba resultando realmente imposible en aparentar. Removió su cuchara dentro de la taza y miró al líquido marrón dar vueltas en ella. Ahora mismo no encontraba nada más interesante que mirar, sabía que si miraba su cara recaería. - Podías esperar hasta el día de la reunión. - habló mirando aún la taza. El otro chico sonrió al verle actuar de tal forma.

- No podía aguantarme. - susurró sensual, Chinen se dio cuenta de ese tono utilizado por el menor y levantó la mirada rápidamente al darse cuenta de las intenciones "ocultas" del chico. Ahora sabía realmente para qué le había citado ahí. La mirada cambió a una de total frialdad, ese tono le hacía recordar el dolor sentido años anteriores, le transportaba a los años compartidos con él.

Se levantó, sacó la cartera y dejó varias monedas en la mesa, se notaba su molestia en sus ariscos actos. El otro se quedó mirando sus actos algo sorprendido, no entendía el comportamiento del mayor y lo observó moverse bajo una atónita mirada. Chinen miró furioso al menor.

- Si sexo es todo lo que buscas, te puedes ir por donde has venido. En mí no lo vas a encontrar. - escupió esas palabras con todo el desprecio que sentía hacia él. Caminó hacia la salida cogiendo el abrigo del perchero que había a un lado de ella y salió de la cafetería escuchando el acostumbrado "vuelva de nuevo".

Estaba realmente molesto, ¡¿cómo se atrevía a llamarle para insinuarle tener sexo?! ¡¿Pero en qué mente cabía?! ¡Después de tres años sin verse le viene diciendo esto! ¡Estaba enfadado! ¡Mucho más que eso! ¡Le estaba cogiendo odio a ese pequeño diablo que solo pensaba con...!

- ¡Basta! - gritó. ¿Por qué estaba tan enfadado? Era el que mejor conocía a ese diablo de todos, o eso pensaba él. Pero no estaba enfadado por la insinuación... más bien estaba... desilusionado. Sí, tenía que reconocerlo, estaba esperando palabras de amor por parte del menor. Sí, esperaba un "no he dejado de pensar en ti todo este tiempo" o algo por el estilo. - Ja... - y tras ese "ja" llegaron muchos más en forma de risa fingida. - Hay que ver que ingenuo soy... - susurró después de reír. Esa risa era por lo patético que se sentía en ese momento.

Paró en seco al notar que las lágrimas rodaban por sus mejillas frías y pálidas. ¿Por qué lloraba? ¿Tanto le dolía el echo de que solo le quisiese para una buena noche? Sí, eso dolía, dolía mucho. El que solo fueses un trozo de carne para la persona a la que quieres, o a la que quisiste, era doloroso. Ya tenía una herida en su corazón por el dolor sufrido en el pasado a causa de la misma situación, parecía que nunca dejaría ser eso para él. Nunca le vería como persona. Pero de eso él tenía la culpa, él había empezado el juego y ahora era él el que acababa llorando.

Escuchó su teléfono sonar en el bolsillo de su trenca marrón, se limpió las lágrimas mientras con la otra mano buscaba el móvil en el bolsillo. Cuando lo sacó suspiró y contestó a la llamada, mirando antes quién llamaba que era Keito.

- ¿Sí? - preguntó respirando profundamente para tranquilizar su pulsación y que Keito no notase su voz quebrada. Tenía que aparentar que no pasaba nada. Sus amigos no sabían lo que había sucedido con el menor tiempo atrás y tampoco quería contarlo ahora.

- Chinen, ¿te falta mucho? - le preguntó algo nervioso el mayor del grupo. Chinen se extrañó de la pregunta, normalmente Keito solía ser paciente. Pero escuchó a sus dos ruidosos amigos hablar al otro lado de la línea.

- ¿Qué te ha dicho? - preguntó uno.

- ¿Va a venir ya? Dile que no se puede perder un sábado por la tarde. - insistían sus amigos por detrás de Keito.

- ¿Lo oíste? - preguntó sonriente Keito. Le parecía tierno cuando sus dos amigos se ponían en plan caprichoso, y más los dos a la vez, que era algo inusual de ver.

Chinen sonrió al comprobar que había alguien que sí se preocupaba por él y que querían que estuviese con ellos. - ¿Dónde estáis? - preguntó sonriente. El sentir que le haces falta a alguien es un sentimiento muy hermoso, sentirse querido y necesitado... le encantaba.

- En el mismo karaoke de siempre. - explicó el mayor al otro lado de la línea. Chinen sonrió.

- Vale, ahora voy para allá. - sentenció. Ambos colgaron y Chinen se encaminó hacia el Karaoke para encontrarse con sus adorados amigos.

Era increíble el poder que podían tener sus amigos con solo una simple llamada, le habían levantado el ánimo. Ya no había pensamientos tormentosos en su mente, ahora estaba relajado, no había cupo para malos pensares. Y así estaría mejor, ¿por qué atormentarse pensando cosas inútiles? Sabía que el menor no cambiaría y si cambiaba, él no iba esperar eternamente a que eso sucediese. Ya encontraría a alguien mejor, seguramente que habría alguien ansioso por conocerle.


********


La tarde había pasado sin sobresaltos, como se esperaba. Keito había acompañado a Chinen hasta su casa y Yuto se ofreció a llevar a Yamada, vivían en la misma calle, así que no suponía ninguna molestia para el más alto. Yamada caminaba pensando en la cita acordada con el grupo dentro de una semana.

- ¿En qué piensas, Yama-chan? - preguntó Yuto sonriendo, le causaba curiosidad la alegría que desbordaba el absorto Yamada. Llevaban un rato en silencio y eso incomodaba un poco al menor. Normalmente a ellos no se les agotaban los temas de conversación.

- En la reunión. - contestó aún dentro de sus pensamientos, no cabía de la alegría y esa alegría iría a más en cuanto la fecha estuviese más cerca - El próximo sábado nos volveremos a encontrar todos, ¿no tienes ganas? - le preguntó contento el mayor, girándose a mirarle.

- Pues claro que tengo ganas. - contestó Yuto mirando el cielo que ya estaba oscuro, ahora, que se acercaba el invierno oscurecía antes. Por supuesto que él tenía ganas también, pero no comprendía las enormes ganas que Yamada sentía. Era una simple reunión de antiguos amigos, como esa que se celebraba de antiguos alumnos... era motivo para estar feliz, pero no tanto.

- Que bien. - susurró Yamada alegre de que a Nakajima le hiciese ilusión el reencontrarse de nuevo. Aunque seguramente que no tantas ganas como a él. Volvió a sonreír mientras tarareaba una canción.

Yuto seguía sin comprender lo ansioso que estaba Yamada, se sentía algo triste. Porque sentía que Yamada no era del todo feliz con ellos, que necesitaba ser nueve de nuevo para poder ser feliz completamente. Y eso le entristecía, porque él estaba contento con el grupo de cuatro que habían formado, por supuesto que había sido muy feliz siendo nueve, o diez, pero se sentía más cómodo en el pequeño grupo de ellos cuatro.

- Yamada... - una pregunta se le cruzó por la mente, solamente esa idea le parecía la correcta para el estado de ánimo del mayor. El nombrado hizo sonar su garganta para que supiese que le estaba escuchando. Yuto tragó saliva fuertemente, no sabía cómo formularle esa pregunta, pero tenía que hacerla para salir de dudas. - ¿Sigues queriendo a Daiki? - preguntó directamente mientras detenía su paso para fijarse en la expresión que pusiese Ryosuke.

El mayor paró en seco, pero con la sonrisa se giró a mirar a Yuto. No comprendía el motivo de esa pregunta, y tampoco sabía a santo de qué Nakajima le preguntaba eso. Habían pasado tres años desde que Daiki se había marchado y lo había pasado muy mal, pero había conseguido olvidarse de él. Eso lo sabía de sobra.

- No, ¿por qué lo preguntas? - devolvió la pregunta. Seguramente que Yuto estaba preocupado por él y por la reunión.

- Yo creo que todavía no has podido desechar ese sentimiento. - contestó Yuto evadiendo la pregunta de Yamada. No sabía qué contestar a esa pregunta. La verdad no la podía decir, porque sino la amistad se acabaría, porque no podía confesar-le a Yamada los sentimientos que mantenía ocultos en su pecho. Pero Yamada le había dicho que había olvidado a Daiki, ¿podría creerle?

- Por supuesto que ya no le quiero - sentenció completamente convencido de que lo que decía era verdad. Sabía que ya no sentía nada por Daiki. El recordarlo no era parte de los sentimientos de amor, simplemente lo recordaba porque añoraba esos momentos en que todo era felicidad, en que estaban los diez juntos. No porque siguiese amando a Daiki, y estaba convencido de ello. - ¿En qué te basas para decir que sigo amando a Daiki? - le preguntó algo confuso y molesto. No entendía el motivo de la acusación del menor.

- Me baso en que; desde que Daiki se fue no has mantenido ninguna relación sentimental con nadie, no te ha gustado nadie... y menos, has vuelto a pensar en el amor. - explicó Yuto también convencido de que él estaba en lo cierto. Yamada se sorprendió, era cierto, desde que Daiki se fue no había vuelto a amar.

- Vale, eso puede ser cierto. Pero no significa que siga amando a Daiki. - se trató de escusar el no haber querido a nadie en todo ese tiempo. - Simplemente no se me ha presentado la oportunidad. - se cruzó de brazos. Eso también era verdad, nadie le había insinuado el querer algo serio con él.

Yuto abrió los ojos, una oportunidad de oro se le estaba presentando ante sus ojos. ¿Podía tomar eso como con algo de esperanza? ¿Podría proponer-le el ser novios? Bueno, no perdía nada por intentarlo. Él era cualificado, sabía qué le gustaba a Yamada, qué le disgustaba, qué asignaturas eran sus favoritas, cuáles no... Sabía mucho de Yamada como para ser más que apto para el puesto de novio.

- Y si yo te pidiese salir... ¿qué me dirías? - preguntó mirándole fijamente.

Yamada abrió los ojos sorprendido, vale, eso no se lo esperaba para nada. ¿Se le acababa de confesar Yuto? Nunca había imaginado que Yuto albergase esos sentimientos hacia él. Aunque, no era una mala idea...


*Fin*


Como muchas habíais supuesto, Yuto será uno de los inconvenientes en la relación Ariyama. Espero que les haya gustado este cap. ^_^ 
Me está gustando escribir esta historia... :3

Mimi-chan destaaa~!

jueves, 7 de febrero de 2013

Su aroma. [Takachii] [Drabble]

Nueva historia. Takachii, espero que les guste.
Espero tener pronto la segunda parte del twoshot Inoodai... pero me está costando bastante la segunda parte. No os preocupéis, pronto la tendréis.



Pareja: Takachii [Takaki YuyaXChinen Yuri]
Extensión: Drabble.
Género: No lo sé...
Autora: Mimi-chan.
Inspiración: Mi colonia nueva, y un anuncio de la televisión... xD Es cierto! 


Vio como el mayor se vestía a un lado de la cama, fijó su negra mirada en cómo lentamente los botones de la camisa blanca del castaño eran atados. El moreno estaba echado en la cama, solamente cubría su desnudez la sábana amarilla de la cama.

Miraba la amplia espalda de Takaki, ya tenía los tejanos puestos pero sin abrochar. Examinaba cada movimiento del mayor, no comprendía qué era lo que le atraía del mayor. Por supuesto, era muy varonil, muy apuesto y cuando se lo proponía podía llegar a ser muy elegante. Pero de todas esas cualidades, y muchas más que no había pensado, ninguna era las que le volvían loco.

¿Qué era lo que tenía Yuya que conseguía enloquecerlo? ¿Qué era eso tan fuerte que le unía a él? ¿Qué era lo que le ataba a él durante toda la noche? ¿Eso qué le hacía no querer dejarlo ir? No conseguía comprender qué era eso que sacaba al ser más salvaje que tenía dentro. Solamente le pasaba eso con el mayor.

- ¿Qué me miras tanto? - preguntó con su ronca voz. Otra cualidad que hacía enloquecer al menor. Esa raspada y fuerte voz que le encendía, pero le gustaba más cuando gemía su nombre con una voz aún más ronca.

- Solamente pensaba en lo condenadamente sexy que eres. - habló con un tono sensual haciendo círculos con uno de sus dedos por encima del colchón. Estaba echado sobre su costado, con el brazo haciendo un triángulo sujetándole la cabeza.

- ¿Todavía tienes ganas de más? - le preguntó incrédulo y cansado. No hacía ni media que acababan de tener sexo desenfrenado y ya le estaba pidiendo más guerra.  Suspiró cansado.

Chinen se levantó dejando al desnudo su cuerpo, gateó hasta la orilla de la cama para quedar cerca del mayor. Le cogió de un brazo para que se diese la vuelta y le besó bajo la sorpresa de Takaki. Pero al minuto siguiente estaba con los ojos cerrados y correspondiendo. Rodeó la cadera del menor notando la desnudez del chico, mientras que el menor rodeaba la nuca y acariciaba la castaña y suave cabellera del mayor. Ambos se besaban golosamente, haciendo un jugoso ruido con sus salivas.

Con toda su fuerza de voluntad el mayor separó al joven de él, si seguían así no podría contenerse y él tenía que ir a trabajar.

- ¿Qué pasa? - le preguntó entre mosqueado e inocente. Pues esperaba lograr que el castaño cayese ante su truco. Aún con las manos en el cabello del mayor y Takaki sujetando la cadera del menor.

- Sabes que me tengo que ir. - susurró en sus labios, el menor sonrió divertido. Para después volver a besarle ardiente, necesitado, parecía que no había tenido suficiente con esa mañana de sexo. Chinen masajeaba la cabeza de Yuya, acariciando los suaves mechones entre sus dedos.

Takaki volvió a deshacer el contacto.

- Chinen... - suspiró cansado y con los labios rojos a causa del intenso beso. El menor bufó molesto y se dejó caer en la cama, Takaki le cubrió con la sábana, si seguía teniendo esa visión no se contendría. Terminó de vestirse y salió para ir a trabajar.

Chinen miraba el techo molesto, por las mañanas siempre era lo mismo. Dio la vuelta quedando su rostro hundido en la mullida almohada. Cerró los ojos respirando tranquilamente, podía distinguir el  fuerte aroma de Takaki en ella. Esa era la parte de la almohada en la que el mayor dormía.

Volvió a aspirar para impregnarse de ese aroma que tanto gustaba, encendía y relajaba.

Eso era lo que le ataba al mayor, el aroma. Era distinguible entre los demás, era fresco y varonil. Difícil de describir. Pero era exquisito. No era ningún tipo de colonia ni de perfume, era el olor corporal de Takaki. Realmente le encantaba ese aroma.

Ese aroma que conseguía relajarlo y embrujarlo a la vez. Era droga para él.
Y con ese olor en la nariz, se durmió.

Sin duda, amaba ese aroma.


*fin*

Raro lo sé... espero que les haya gustado de todas formas!
Creo que es la primera vez que escribo sobre ellos...
Mimi-chan desta~!

martes, 5 de febrero de 2013

Estoy para ti. [Inoodai] [Drabble]

Hello! Aquí traigo otra pequeña historia.
Espero que les guste! >.<





Pareja: Inoodai [Inoo KeiXArioka Daiki]
Extensión: Drabble.
Género: Raro... 
Autora: Mimi-chan
Inspiración: La imagen de arriba, ver a Inoo sostener a Daiki me dio esta pequeña idea... aunque al final no resultó como yo esperaba, pero bueno. xD


*Capítulo único.*


Ya era la tercera vez que mi móvil vibraba en el bolsillo de su pantalón. Miró molesto dicho aparato que no paraba de meterle prisa. Aunque la culpa no la tenía el teléfono, sino la persona que no le dejaba en paz mandándole mensajes cada cierto tiempo.

- Ya te he dicho que estaba de camino. - murmuró molesto Inoo sacando su teléfono del bolsillo de su pantalón para decirle al menor que dejase de atosigarlo, que si el metro iba "lento" no era su culpa.

Una vez que respondió al mensaje echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en la ventana que tenía detrás. Estaba sentado en los sillones del metro y la salida le quedaba a un lado de él. Cosa que agradeció. Cerró los ojos para relajarse, aún le quedaban varias paradas hasta llegar a la estación que daba al barrio de Daiki.

Sabía por qué el menor era tan persistente. Daiki necesitaba su consuelo de nuevo, quería hablar con alguien seguramente de su fracaso amoroso, como siempre. Y siempre recurría a él para todo y esta no iba a ser la excepción, bueno, tampoco era la primera vez que el menor se entregaba a otra persona y salía perdiendo. Ese era el gran defecto de Arioka, siempre entregándolo todo, dándoselo todo a una persona que acababa de conocer... no comprendía como el menor podía llegar a ser tan inocente. Siempre veía el lado bueno de las cosas, pero no todo era bueno y Daiki no se quería dar cuenta.

Sin duda alguna Arioka era un persona muy optimista. Una gran cualidad, pero también un gran defecto. No todo siempre sale bien, no todo es bueno. Hay que aceptar que la mayoría de las veces sale mal, no todas las personas logran alcanzar sus objetivos, no todas las personas son realmente felices. Daiki siempre veía el lado bueno a todo, "Si el ordenador se estropeó es que a lo mejor tengo que ponerme hacer ejercicio". "Si hoy me he caído es porque tenía que tirar estos pantalones" "Me han atracado, bueno, no sabía en qué gastar ese dinero" ¿Quién en su sano juicio pensaría las coas así? Él era mucho más realista, si el ordenador se le estropeaba era porque no se despegaba de él, si se cayó en la calle era porque era despistado y si alguien le había atracado era porque iba enseñando el dinero. A su parecer Daiki era despistado, no optimista.

Lo que más de dolía de que Daiki fuese tan optimista era que siempre salía perdiendo en las relaciones sentimentales. Siempre acababa llorando, y eso le destrozaba por dentro, porque él le amaba con todas sus fuerzas. Pero, nuevamente por lo despistado que era, el menor no se daba cuenta de sus sentimientos. Llevaba con esos sentimientos desde que rompieron. Porque habían tenido una relación hacía ya casi un año, pero él lo había estropeado.

En aquel tiempo era muy obstinado y despreocupado. Había aceptado salir con Daiki cuando este se declaró, cuando aún estaban en el instituto, aun sin tener sentimientos amorosos por el menor. Ya hacía como año y medio. Habían estado saliendo por seis meses, pero en ese tiempo no había sentido nada por el menor, solamente un increíble cariño fraternal, nada más allá de eso. Por eso decidió buscar el amor en otra parte, pero sin dejar a Daiki, no podía dejarle, simplemente mirar su tierno rostro y decirle que no sentía nada por él... no, no podía decirlo.

Por eso, a espaldas de él se acostaba con otros, pero aún así  no encontraba eso que denominaban "amor". Solamente lo encontró cuando Daiki cortó con él porque le había visto en una cita con otro. Solamente cuando Daiki le dijo que no quería volver a verlo en la vida, sintió que no podría alejarse de él, que no se imaginaba un futuro sin él.

Aún no sabía cómo habían acabado siendo tan amigos como lo eran ahora, pero lo agradecía. Aunque también odiaba esta situación; escuchar al menor llorar por haber sido rechazado o engañado, o gritar de emoción cuando salía con alguien... era un castigo. Verle tan feliz por otra persona que no fuese él, saber que había otra persona que era dueña de sus sentimientos le torturaba... pero él se lo había buscado.

- El karma... - susurró repitiendo las palabras que Hikaru le había dicho cuando le contó sobre su situación. Sonrió irónico, sí, él creía en la teoría del Karma. Si haces algo mal, ten por seguro que algo malo te sucederá a ti.

Pero estaba bien, prefería estar así con Daiki que distanciados y sin saber nada de él. Sabía que era masoquista, pero le encantaba ver la sonrisa emocionada del menor cuando le hablaba de su nuevo "novio".

Y por qué negarlo, le encantaba las noches que pasaba "consolando" al menor, secando sus lágrimas y quitándole las penas con su cuerpo.



*Fin*

Espero que os haya gustado! 
Mimi-chan desta~!
Daisuki~!

domingo, 3 de febrero de 2013

Nunca me sueltes. [Yamajima] [Drabble]

Últimamente parece que estoy sembrada! Pero supongo que es por el fin de semana qu eal tener algo de tiempo libre puedo escribir más. Con esto quiero decir que puede que por semana no publique mucho, pero prometo que durante los fines de semana lo recompensaré! >.<
Espero que les guste esta pequeña historia! :D 


Pareja: Yamajima [Yamada RyosukeXNakajima Yuto]
Extensión: Drabble.
Género: Shounen-ai (creo)
Autora:  Mimi-chan




Capítulo único.



Yamada caminaba tranquilamente de la mano de Yuto por una calle poco transitada, si caminaba por una calle con más gente se darían cuanta de ese gesto, y sería problemático luego tener que lidiar con la prensa y con los chismes. Además, le encantaba esa sensación de tranquilidad y de silencio al caminar por esas calles poco habitadas. 

Caminaba sonriente mientras en su mente canturreaba una canción. Yuto dirigió su mirada al rostro feliz y sereno de su acompañante. Ryosuke disfrutaba al máximo de estos momentos de tranquilidad que los dos tenían. El trabajo les ocupaba la mayor parte de su tiempo, pero ahora que se había acabado el Johnny's WORLD podían tener un ratito de tiempo libre para ellos. Y lo agradecían mucho. Volvió a dirigir su mirada al frente sonriente radiante por la felicidad que sentía.

Yamada dirigió su mirada a su mano que mantenía unida a la de Yuto. Había sentido un leve apretón por parte del menor, miró dicha unión feliz. La verdad es que no hacía mucho tiempo que habían empezado a salir, y las cosas habían resultado muy difíciles entre ellos dos. Pero todo había sido culpa de él: el sufrimiento de Yuto, el de él, el distanciamiento, que la amistad se enfriase... todo lo había causado él por su idiotez.

Yuto se le había confesado a pesar de que no pedía ser correspondido ni una respuesta por su parte, Yamada lo había tratado mal. Burlándose de él por tener una cierta esperanza de que esa confesión resultase en relación. Y se lo dijo a la cara, le dijo "eres idiota si piensas que te voy a corresponder" y se marchó de allí dejando a un dolorido Yuto.

Incluso ahora, que podía sostener su mano sin miedo, se arrepentía de trato que le había dado a Yuto. Pero este al día siguiente le saludó sonriente y sin rencor. Eso había desconcertado a Yamada que se empezó a distanciar del menor a causa de lo culpable que se sentía y ver esa sonrisa radiante en el rostro de Yuto le destrozaba aún más por dentro.

Pero las cosas habían resultado así, había acabado comprendiendo de que no podía separarse de Yuto, por más que lo había intentado no lo había conseguido. Había algo que le ataba a Nakajima y hasta bien tarde no supo que era amor lo que le ataba a él.

Pero ahora tenía mucho más miedo de perderle, ahora que había probado de la dulce medicina del amor no quería que se fuese. No podía desprenderse de Yuto, ni tan si quiera soltarle la mano era capaz. Yuto era su adicción, una adicción muy difícil de desprenderse. Pero pensándolo bien, tampoco quería hacerlo, no sentía ninguna necesidad de separarse de él.

Yuto siempre caminaba delante de él, cogido de la mano, guiándole, enseñándole un nuevo camino repleto de sensaciones nunca sentidas antes. Y Yamada siempre aferrado a su mano deseando que nunca le soltase, sentir esa calidez que solo la mano de Yuto podía transmitir. 

Esa mano que involuntariamente le decía que estaría ahí para ayudarlo a levantarse cada vez que cayese, a empujarle cuando no tuviese la valentía suficiente, a guiarle cuando lo viese todo oscuro. 

Sin duda, nunca soltaría su mano.


*Fin*

Espero que les haya gustado, hacía tiempo que no escribía Yamajima, o eso me parece... xD
Mimi-chan destaa~!

sábado, 2 de febrero de 2013

Por verte sonreír. [Tegomass] [Drabble]

Bueno, pues parece que las historias cortas se me están dando mejor.
El motivo de este drabble ha sido porque he visto mucho NEWS ultimamente... y nada más ver esta imagen uno de los DVD (imagen que he sacado yo desde mi propio ordenador, no se la he cogido a nadie...) me inspiró de inmediato...
Espero que les guste esta pequeña historia.



Pareja: Tegomass [Tegoshi YuyaXMasuda Takahisa]
Extensión: Drabble.
Género: No lo sé...
Inspiración: La imagen de arriba y Utsukishii *-*
Autora: Mimi-chan.


Capítulo único.


Tegoshi miraba a Masuda practicar su solo, siempre era de los que le gustaba machacar el baile, era realmente serio en ese aspecto. Le gustaba ejercitarse y el baile era un ejercicio que al castaño fascinaba. Estaba muy absorto en el baile, mirándose en el gran espejo de la pared que no se percató de la risueña y enamorada mirada que Tegoshi le estaba mandando. Adoraba ese aspecto tan concentrado del mayor, era algo innato en el castaño. Ese ceño fruncido, por la concentración, más las gotas de sudor que enmarcaban su rostro le hacían desearle aún más.

Pero lo que más amaba del mayor era su radiante sonrisa, esa sonrisa que iluminaba el túnel más oscuro, que reconfortaba al más desdichado, templaba el corazón, que te hacía sonreír involuntariamente... Por esa ver esa sonrisa era capaz de todo, incluso de pegar a alguien si conseguía apocar la radiante sonrisa.

Esa sonrisa le había reconfortado en los peores momentos de su vida... la primera vez que la vio fue cuando rodaron el dorama "Gachi baka!" juntos. El mayor le había sonreído para alentarle a seguir con el dorama, ya que el menor no se veía capaz de estar a la altura. Pero Massu había estado ahí para apoyarle.

También le apoyó en le momento en el que lo vio todo perdido, cuando vio que el grupo se desmoronaba, cuando se percató de que podía ser el final de NEWS... Takahisa estuvo ahí para sonreír-le y decirle "Todo va a salir bien, no te preocupes". Incluso estado el mayor peor que él, le había reconfortado con esa brillante sonrisa.

Por eso sentía que cuando la veía nada malo pasaría, las penas se le iban de golpe con solo ver esa sonrisa. Y haría todo lo posible para que esa sonrisa no se apagase nunca, porque ella era el motivo de su seguir, porque sin ella puede que no estuviese ahí, porque sin ella hubiese tirado la toalla hace mucho tiempo... y por eso, gracias a ella podía hoy estar a su lado.

Por esa sonrisa era capaz de callar todos esos fuertes sentimientos que sentía por el mayor, porque sabía que si le decía algo sobre sus sentimientos, nada volvería a ser como antes, que esa sonrisa se apagaría y ya no estaría más para él. Así que no se podía permitir el ser egoísta y rebelar sus sentimientos. Pero tampoco lo necesitaba, porque con solo ver esa sonrisa bastaba.

Y se juró a sí mismo, que haría todo lo posible por verle sonreír.



*Fin*

Espero que les haya gustado! >.<